Del 25 de abril al 02 de mayo de 2013 tendrá lugar en la ciudad condal la nueva edición del D’A Festival Internacional de Cinema d’Autor de Barcelona que, como en las dos anteriores ocasiones, divide la proyección de su selección de títulos entre la Filmoteca de Catalunya, el Museo CCCB y las dos salas del Cine Aribau Club. Animada por el espíritu de difundir películas que raramente llegan a los cauces de distribución habituales en nuestros lares, bien sea por la nacionalidad minoritaria de las mismas, su condición de obras noveles o su carácter experimental, la difusora cinematográfica Noucinemart ‒asimismo responsable de los extintos Barcelona Asian Film Festival (BAFF) y Cineambigú‒ vuelve a apostar por una ecléctica parrilla en la que se combinan trabajos inéditos en España de autores consagrados («Direccions»), realizaciones de nuevos talentos («Talents»), una retrospectiva del reciente cine rumano y un conjunto de obras de autores catalanes con una elevada voluntad innovadora y de riesgo formal («Autoria Catalana»), así como piezas cuya narrativa diluye los límites entre la ficción y la no ficción, mediante cintas documentales o de marcado componente realista y crítico («Realitats»), o a través de creaciones de carácter testimonial que colocan en el centro del relato a su autor («Film Diaries»). Nombres como los de Frédéric Fonteyne, Michael Winterbottom, Noah Baumbach, João Pedro Rodrigues, Cristian Mungiu, Sion Sono, Michel Gondry o Merzak Allouache pueden servir de reclamo para los cinéfilos; y, mientras se les brinda la oportunidad de ver las obras de algunos de estos realizadores como conviene (esto es, en la pantalla de una sala de cine), tal vez aprovechen el certamen para descubrir a figuras emergentes o para ahondar en una cinematografía tan interesante como la rumana de la última década.
Esperemos que esta nueva edición del D’A del presente año, por tanto, goce del mismo éxito que las anteriores y, con ello, se convierta en una oferta consolidada en la cartelera primaveral de Barcelona, dado que, como de forma ilustradora reza el nombre de la muestra, apostar por un cine que no es meramente un entretenimiento industrial creado para obtener beneficios parece cada vez más difícil en un mundo que, sobre todo desde la eclosión de la crisis financiera mundial en 2008, busca la evasión compulsivamente; por no mencionar que nos encontramos inmersos en una realidad globalizada saturada por estímulos e informaciones contradictorias y tan tendente por ello a la superficialidad. Sin embargo, no está mal recordar de tanto en tanto que el cine también puede ser vehículo de expresión artística; una expresión, recordémoslo, nacida con el siglo XX y que lo ha definido de forma indiscutible, mutando en el XXI en cauces, canales y estilos que se auguran tan complejos y proteicos como apasionantes, aunque todavía complicados de analizar con objetividad dada la proximidad diacrónica.